Este es un postulado de Darwin, en el cual menciona que “la
vida comienza con la lucha por la existencia”, es decir, por la supervivencia
que busca todo ser vivo, ya sea de una u otra manera y del mismo modo,
protegerse para no ser exterminado por un ser más fuerte. Esta es una ley
natural que sigue vigente y rige toda la naturaleza, porque a fin de cuentas
quienes logran sobrevivir son los más aptos o los más fuertes. Sin embargo,
todo ser vivo en algún momento de su existir es exterminado por otro más fuerte
que él, porque éste es un proceso natural, una cadena necesaria para que haya
un equilibrio en la naturaleza.
En cualquier momento todo ser vivo busca trascender en el
tiempo a través de la procreación, al intentar realizarlo se ve obligado a
luchar con otro ser, el cual puede resultar más fuerte y lo puede exterminar, y
al ser destruido todo recae en las nuevas especies, con el riesgo de correr la
misma suerte. La lucha se vuelve más potente cuando disminuyen las raciones de
alimento, y los seres vivos empiezan a luchar por la necesidad de alimentarse.
Pero las luchas más severas se dan entre los individuos de
la misma especie, porque poseen rasgos muy parecidos tanto en hábitos como en características,
y más porque entrarán en competencia por la comida o la residencia. De igual
manera corren el mismo destino, tienen que escapar de los mismos depredadores e
ir en búsqueda de las mismas presas, esto los llevará a una confrontación a
muerte, donde sobrevivirá el más fuerte.
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